octubre 5, 2024

La reforma a la salud en Colombia. ¿Un futuro incierto?

Por: Harold Jesús Durán Durán/ En septiembre de 2024, la atención pública se centró nuevamente en el Senado con la radicación de un nuevo proyecto de reforma a la salud, presentado por el gobierno del presidente Gustavo Petro.

Este nuevo intento de transformar el sistema de salud del país ha generado un amplio debate, lleno de promesas ambiciosas, pero también de incertidumbres. La reforma promete una reestructuración profunda del sistema, y su destino se debate en medio de un clima de escepticismo y tensiones políticas.

Este proyecto busca reforzar un modelo de atención centrado en lo público, priorizando la prevención y el acceso equitativo a los servicios de salud en todo el territorio nacional.

En teoría, la iniciativa parece atractiva, ya que plantea fortalecer la red de hospitales públicos, asegurar la distribución justa de recursos y brindar atención de calidad, sin importar la capacidad económica de los pacientes. Sin embargo muchos hospitales públicos se encuentran en riesgo financiero y otros intervenidos como es el caso de Santander.

Uno de los puntos más polémicos radica en la posible eliminación del papel preponderante de las Empresas Promotoras de Salud (EPS), que actualmente juegan un rol crucial en la intermediación de los servicios de salud.

El debate sobre las EPS ha sido un tema constante en las discusiones sobre el futuro del sistema de salud colombiano. Para muchos defensores del sistema actual, las EPS, a pesar de sus fallas, han garantizado la cobertura de salud a millones de colombianos en los últimos años.

Los críticos, por otro lado, señalan la corrupción, la ineficiencia y los retrasos en los pagos a hospitales, problemas estructurales que han erosionado la confianza pública en estas entidades.

Uno de los principales retos que enfrenta el nuevo proyecto de reforma es cómo asegurar que el Estado, bajo este nuevo esquema, esté preparado para asumir la gestión de todo el sistema de salud. La transición de un modelo mixto a uno mayoritariamente público no es solo una cuestión técnica; implica un rediseño administrativo de gran envergadura que, de no estar bien ejecutado, podría comprometer gravemente la calidad del servicio. Si bien la promesa es noble, la pregunta que persiste es: ¿tiene el Estado la capacidad real de llevarla a cabo de manera eficiente?

Las voces opositoras, tanto dentro del Congreso como fuera de él, no se han hecho esperar. Los gremios médicos, los sectores privados y diversos actores políticos han expresado preocupaciones sobre la sostenibilidad financiera de la reforma, la posible centralización del poder en la gestión de los recursos y los riesgos de una mayor burocracia que obstaculice la respuesta ágil a las necesidades de los pacientes. Es fundamental que estos puntos sean abordados con seriedad, ya que, de lo contrario, la reforma corre el riesgo de convertirse en otro intento fallido de mejorar un sistema que, si bien imperfecto, ha garantizado acceso a la salud para una gran parte de la población.

El debate en el Senado será crucial. Las reformas estructurales a sistemas tan complejos como el de salud no pueden depender solo de la voluntad política de un gobierno, sino que requieren un amplio consenso y un diseño meticuloso que integre las preocupaciones de todos los sectores. De lo contrario, estaríamos ante una reforma incompleta, con consecuencias imprevistas para la atención de millones de colombianos.

En conclusión, el nuevo proyecto de reforma a la salud radicado en septiembre de 2024 es una apuesta ambiciosa por parte del gobierno colombiano para mejorar el acceso y la calidad del servicio de salud en el país. No obstante, como en todo cambio profundo, es vital que se tomen en cuenta los riesgos de una implementación fallida y el actual gobierno nacional sí que sabe de esto (fallar).

El debate está abierto, y los colombianos deben estar atentos a los resultados, ya que el éxito o el fracaso de esta reforma afectará la vida de todos los ciudadanos. ¿Será este el paso hacia un sistema de salud más justo y eficiente, o estamos ante otro espejismo en la larga lista de reformas prometidas? El tiempo y la gestión del gobierno lo dirán.

*Médico especialista en gerencia de instituciones de salud y gerencia estratégica de proyectos.

X: @haroldurann

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(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).